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Las siguientes notas ambientales pretenden servir como plataforma para dar a conocer elementos noticiosos que se relacionan con la dinámica ambiental del estado Carabobo, escritas por el periodista Alexander Castellanos L



Estudio de Impacto Ambiental y Sociocultural en Puerto Cabello

La Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, establece en el artículo 129 que: todas las actividades susceptibles de generar daños a los ecosistemas deben ser previamente acompañadas de estudios de impacto ambiental y socio cultural.
Para cumplir este requisito debe contratarse un Estudio de Impacto Ambiental que debe ser ejecutado por especialistas y realizado según lo dispone el decreto 1257, que corresponde a las Normas sobre evaluación ambiental de actividades susceptibles de degradar el ambiente.

Si requiere contratar un Estudio de Impacto Ambiental o desea referir a alguién que lo necesita, simplemente envie un correo a alxcastellanos@hotmail.com ó alxcastellanos@yahoo.com



miércoles, 23 de febrero de 2011

Cuando la probabilidad se convierte en ocurrencia; puede ser tarde


Terremotos, peligro latente









Reciente investigación, permite detectar la vulnerabilidad estructural de la ciudad, ante amenazas sísmicas.

Alexander Castellanos L

Diario La Costa. (abril 6, 2011)

El temor por los sismos se hace latente una vez que se evidencia la ocurrencia de un evento, antes de esto casi nunca pensamos en ello

A pesar de ser el fenómeno natural más intimidante, resulta ser el más tentado por el hombre quien en la ambición de ocupar y construir, utiliza sistemas precarios y omite la consistencia de una vivienda por la ilusión de un lugar donde vivir.

Que alguien se dedique a estudiar aquello que la mayoría no quiere evocar como el caso de terremotos y temblores sin duda es una proeza, pero la necesidad de incorporar esta ciencia en la ingeniería civil ha llevado a la investigadora Erika Andrea Acevedo a conjugar las más diversas situaciones derivadas de la creatividad de los constructores con la posibilidad de un movimiento telúrico.

En investigación reciente realizada en la Universidad de Carabobo, Acevedo facilita las herramientas indispensables para aplicar un mecanismo que determina el índice de vulnerabilidad estructural, ante la amenaza sísmica de las edificaciones.

Como resultado: un detallado mapa de riesgo sísmico donde se aprecian todas las estructuras inspeccionadas, permitió determinar el índice de vulnerabilidad estructural en las edificaciones de la Parroquia Rafael Urdaneta, municipio Valencia.

Puerto Cabello

De acuerdo al Plan Rector de Desarrollo Urbano, la cercanía de Puerto Cabello con el lugar donde finaliza la falla de Boconó, en las costas de Morón, califica a la ciudad de alto riesgo sísmico.

Por ello indagamos la opinión de Acevedo sobre la vulnerabilidad de la ciudad: “Puerto Cabello es parte de esa espiral de desarrollo urbano desproporcionado, sigue el patrón de las ciudades dinámicas, pero sin control; ha crecido en laderas, montañas, valles inundables, áreas verdes, de uso común, canales, escorrentías, gasoducto, sobre la tubería matriz de agua y hasta encima del oleoducto”.

Asevera la especialista “Puerto cabello al igual que toda la zona norte de Venezuela, de acuerdo al mapa de zonificación sísmica COVENIN 1756-98 se ubica en el espacio geográfico de mayor riesgo sísmico, de estas áreas –afirma - el estado Sucre es el más inestable; el terremoto más fuerte -destruyó Cumaná el 17 de enero de 1929”.

Zonas vulnerables

¿Como se reconoce una zona vulnerable? Requiere –responde – de la aplicación del método de Inspección Visual Rápida conocido con las siglas ATC-21, inicialmente trabajamos con el modelo de la Agencia Federal para el manejo de emergencias de los Estados Unidos, pero la dinámica sugirió modificaciones que nos permitieron ajustarlo a las normas nacionales.

¿Pero como se hace? - Una sonrisa en el rostro sugiere que viene la parte difícil – “debe levantarse la información detallada, vivienda por vivienda, allí anotamos las características, estas corresponden a los aspectos básicos relacionados con la carga y resistencia y su comportamiento ante movimientos bruscos, lo complicado de esto es que debe hacerse de manera rápida, directa, visual y en un número muy significativo de viviendas, para ello la imagen fotográfica es indispensable, luego se discuten los datos de vulnerabilidad.

Rápido pero peligroso

Lo anterior parece sencillo -explica la investigadora- pero requiere de una cualidad aprendida que solo brinda el conocimiento de cálculo estructural, la sagacidad en detectar la información y algo que no está en el método: esquivar la inseguridad de la zona que se evalúa.

Una vez recabada la información estructural, Acevedo refiere que esta se confronta con la información de la red sismológica nacional y comparando el patrón de construcción contra la probabilidad de ocurrencia sísmica, el resultado permite conocer la vulnerabilidad de la zona estudiada.

El temblor más reciente

Las palabras de la especialista fluyen, la cantidad de información que brinda nos permite razonar sobre un hecho verdadero que pasa inadvertido. A esta fecha pocos recordarán el día 12 de septiembre del año 2009, al transcurrir los primeros 19 minutos de ese día, un movimiento sísmico de 2,9 grados de magnitud en la escala de Richter pasó inadvertido; en realidad la mayoría de las personas dormía.

De haber transcurrido el día en la cotidianidad acostumbrada, ni siquiera nos enteraríamos del hecho, pero la cotidianidad se interrumpió a las 3:36 pm, la cosa fue distinta; el miedo, pánico, sorpresa y angustia hizo que los habitantes de Puerto Cabello y Juan José Mora salieran de sus casas. Se trataba del movimiento sísmico número 64 del mes, pero esta vez su epicentro era a 28 kilómetros de Morón y la magnitud de 6.4 en la escala de Richter. Temblaba la tierra.

El llamado a desalojar edificios y estructuras altas, así como desplazarse a sitios despejados realizado por el entonces presidente de la fundación venezolana de investigaciones sismológicas (FUNVISIS) Francisco Garcés, generó un estado de alerta y prevención por las posibles réplicas. Hoy transcurrido más de un año quizás hallamos olvidado la linterna, el botellón de agua, donde debemos reunirnos de ocurrir un temblor y quizás que ese fenómeno natural existe.

Los temblores no se predicen

Al respecto Acevedo manifiesta que olvidar es la actitud que generalmente asumimos en el tiempo, explica que los movimientos telúricos a diferencia de las lluvias no se pueden predecir. Por ello –considera- la mayor fortaleza consiste en estudiar su comportamiento y considerar las probabilidades de ocurrencia.

Explica que cada movimiento detectado es una simple y necesaria liberación de energía, es un error –señala- asociarlos con comportamientos climatológicos; la lluvia o el calor, son fenómenos diferentes y no relacionados.

Si puede ocurrir: sucede

¿Sugieres que conocer la probabilidad de ocurrencia y la vulnerabilidad de una zona, favorece actuar sobre el riesgo? efectivamente – adelanta Acevedo- mi hermana quien enseña estadísticas y me auxilia en la determinación cuantitativa, dice que solo basta la posibilidad de ocurrir un suceso para que se pueda determinar la probabilidad que este suceda. De allí que conocer la vulnerabilidad de una construcción permite advertir a quien allí vive sobre el peligro.

Amarre su casita

¿Quién debe hacerlo? La competencia debe ser de todos –responde la especialista- debemos dejar de ver y no decir, en corresponsabilidad es tan valiosa una orden de demolición de la Alcaldía, hasta una amistosa conversación de un conocedor, que concluya con una palmada en el hombro y deje caer el consejo “amarre su casita, que se le va a caer”.

¿De forma sencilla, que puede suceder y de que manera se puede cambiar el resultado? Como se puede cambiar es lo menos complicado: evitar poblar terrenos no aptos para viviendas, el suelo es determinante, reconocer la ubicación con respecto a las fallas tectónicas, deslizamientos, inundaciones, para esto lo mejor es obtener la asesoría de un ingeniero civil. Hoy la tecnología permite construir con métodos antisísmicos, se permite el desplazamiento de la estructura a la par que ocurre el movimiento del suelo, que tiene un costo es indudable; pero ¿acaso la vida tiene precio? – increpa Acevedo- La construcción precaria, sin buenas bases; con materiales inapropiados surge cuando no existen las condiciones económicas que permiten satisfacer las necesidades humanas.

Se ignora el riesgo

Sobre la atención que los habitantes prestan a la evaluación, Acevedo respira profundo y exhala; debo decir – es la expresión inicial – que la mayoría no considera el riesgo al que está expuesto, existe un rechazo como bienvenida, luego surge la interrogante ¿Quién hará las correcciones? Cuando se enteran que es su responsabilidad sobran los argumentos para no hacer absolutamente nada. Se siente impotencia cuando esto sucede, porque algún día la probabilidad se convertirá en ocurrencia y entonces será tarde.