Patricia Garcia de la ONG InspirAction
nos envía la siguiente declaración a través de una nota de prensa: "una de cada ocho personas
pasa hambre en el mundo, a pesar de que disponemos de suficientes alimentos
para que todos nos podamos alimentar de forma correcta y digna. La ONG InspirAction señala en su nueva campaña a la evasión y la elusión fiscal como
responsables de privar a los Estados de los recursos necesarios
para luchar contra el hambre, la desigualdad y la pobreza. Además identifica al
G8 como el actor que podría acabar con esta injusticia".
Relata Garcia en la en la nota que en junio próximo, los principales líderes del mundo tendrán una cita en Fermanagh, Irlanda
del Norte, en la próxima Cumbre del G8. Esta vez - refiere la nota- la lucha contra el fraude
fiscal parece ser una de las prioridades del Estado anfitrión, Reino Unido. Más
allá de cuestionar la legitimidad de este foro para tomar decisiones que
afectan de manera decisiva al resto del planeta, lo cierto es que El G8 tiene
la capacidad de poner fin a la lacra de la evasión fiscal y los paraísos
fiscales, y al hacerlo podría cambiar el futuro
de millones de personas que viven amenazadas por el hambre y la necesidad.
Considera la declarante que la
fiscalización juega un importante papel en el escándalo del hambre. InspirAction
calcula que cada año, los países empobrecidos pierden cerca de 160.000 millones de dólares como consecuencia de los impuestos que
las multinacionales no llegan a pagar en sus territorios. Mientras, su
población sigue careciendo de los servicios sociales más básicos. Ya que
un sistema fiscal justo se podría garantizar la existencia de los servicios
sociales públicos necesarios para que vivan de manera digna y comprar y producir
los alimentos que necesitamos.
A la vez encara diciendo “si de verdad
quiere enfrentar la pobreza, el G8 debe poner en marcha estrictas
normas
internacionales para prevenir la evasión y la "elusión" fiscal,
especialmente en los países empobrecidos, donde empresas poco éticas pueden
aprovecharse de sus riquezas naturales y su mano de obra barata pagando a
cambio muy pocos impuestos”.
Lo anterior lo soporta en la
consideración que muchos de estos países siguen dependiendo de la ayuda
internacional para hacer frente a la pobreza. Pero esta ayuda no va a acabar
con el problema del hambre, sino que tan solo lo aliviará en lugares concretos
y momentos concretos. Una fiscalización bien entendida y basada en la justicia es
una fuente de recursos mucho más confiable que la ayuda internacional. Además,
facilita que los gobiernos rindan cuentas a los ciudadanos sobre su
actuación, y a que éstos se impliquen en el seguimiento y monitoreo del gasto
público.
En su nueva campaña “G8, va en serio”,
García comenta que InspirAction solicita los líderes del G8 que se darán cita
en Reino Unido en junio que pongan en marcha una nueva Convención Global sobre Transparencia Fiscal, que exija la publicación de los
nombres de los verdaderos dueños de compañías, fundaciones y trusts, de tal
forma que los paraísos fiscales no puedan seguir siendo un método para ocultar
ganancias poco legítimas. El G8 debería además obligar a los paraísos fiscales a
compartir información de
manera automática con los países más empobrecidos sobre el dinero que guardan y
su procedencia, ayudándoles a recuperar los impuestos que nunca llegaron a
cobrar como consecuencia de la evasión fiscal.
Indicó que la campaña incluye una petición on line dirigida a David Cameron, Primer
Ministro británico, como líder del país anfitrión del G8, y utiliza el hastag
#G8stopFraude en
redes sociales.